El diamante con alma de beso, como lo describió el Héroe Nacional de Cuba, José Martí, murió cuando tres disparos le sorprendieron en una pequeña escaramuza en los campos de Jimaguayú (en el sur de la región), donde se erige un Sitio Histórico dedicado a su figura.
‘Era como si por donde los hombres tienen corazón tuviera él estrella. Su luz era así, como la que dan los astros…’, volvería a decir en otra ocasión.
‘No creo que en el discurso historiográfico cubano exista otra personalidad más paradigmática -en tanto conjunción de rasgos positivos-, que la del Bayardo camagüeyano’, escribió en su artículo Ignacio Agramonte, el hombre que va a la guerra, la premio nacional de Historia, Elda Cento.
Sobrada razones tuvo la investigadora recién fallecida para catalogar de tal manera a ‘El Mayor’, quien se convertiría con el paso de los años en símbolo de entrega y amor a la libertad de un país, que vivía bajo el yugo opresor de la metrópolis española.
Fue precisamente Agramonte uno de los artífices de la jornada del 10 de abril de 1869, cuando se firmó la Constitución de Guáimaro en tierras camagüeyanas.
Resultó esta la primera carta magna de la República de Cuba en Armas, de la cual el patriota fue uno de sus redactores.
Para Fernando Crespo, importante investigador, un punto medular lo expuso el mayor general, quien defendió que el color del triángulo de la enseña nacional se mantuviera rojo, porque ya se había derramado sangre desde la inmolación de Joaquín de Agüero y sus compañeros, que se levantaron en Francisco de Jucaral el 4 de julio de 1851.
Líder militar, abogado de profesión, graduado en la Universidad de La Habana, fue Agramonte desde su alzamiento en el ingenio El Oriente, en 1868, uno de los artífices del inicio del movimiento independentista, capaz de manejar con astucia una caballería admirada por el general Máximo Gómez, jefe militar de las fuerzas insurrectas.
A la eternidad como caudillo militar y estratega lo llevaron acciones como el rescate de Julio Sanguily en 1871, cuando con apenas 35 jinetes se lanzó a recuperar al brigadier en manos de la tropa ibérica ,muy superior en hombres y armas.
En la actualidad la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, continúa un proyecto de estudios científicos para definir dónde reposan los restos del patriota, cuyo cuerpo aún no se tiene registros exactos de su paradero.
El corazón de la urbe, ubicada al este de Cuba, área declarada Patrimonio de la Humanidad, hospeda el Parque Agramonte, donde en 1912 fue develada la principal escultura ecuestre dedicada al ilustre, emblema para los cubanos de todas las épocas.
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