Tras la iniciativa lanzada por los rebeldes la semana pasada, el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, ordenó a las fuerzas de seguridad que respeten el alto el fuego y pidió hacerlo permanente.
Este es apenas el cuarto cese de acciones armadas en los últimos 20 años de conflicto, y se vio precedido por la captura del grupo armado de Nirkh, un distrito estratégico cerca de esta capital.
La violencia ha aumentado en todo Afganistán este año, en medio de los planes de las tropas extranjeras de retirarse, una acción que debió concretarse ya y fue pospuesta para septiembre.
Ambas partes iniciaron conversaciones de paz en septiembre del año pasado, pero el progreso se ha estancado a pesar de los esfuerzos internacionales para reactivar las negociaciones.
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