De acuerdo con datos oficiales, entre abril de 2019 y marzo de 2020 –antes de declararse la emergencia sanitaria en el país- las afectaciones a esta esfera se estimaron en 21 millones 226 mil dólares.
El informe que presentará Cuba ante Naciones Unidas el 23 de junio para exigir el fin del cerco estadounidense plantea que esa política limita el proceso de enseñanza y aprendizaje en todos los niveles educativos.
Entre los principales obstáculos señala las dificultades para acceder a financiamiento externo y las afectaciones asociadas a la falta de combustible, debido a las medidas aplicadas por el gobierno de esa potencia norteña.
Detalla el documento que la escasez de carburantes obligó a reajustar los planes y programas de estudio, así como los horarios docentes en 52 instituciones educacionales, y 100 centros internos debieron prolongar hasta 45 días la salida de los educandos hacia sus hogares.
En la enseñanza superior, los daños registrados se relacionan fundamentalmente con dificultades para acceder a la tecnología y equipamiento destinado a la docencia e investigación científica.
Esta también se vio afectada por los ingresos dejados de percibir por servicios brindados, en perjuicio de la actividad académica y científica de las universidades y centros de investigación del país.
Recuerda el informe, asimismo, que el Estado cubano destinó el 23,7 por ciento del gasto social presupuestado del año 2020 para mantener la educación gratuita e inclusiva.
Los daños acumulados en seis décadas de bloqueo estadounidense contra Cuba superan los 144 mil millones de dólares, y entre abril de 2019 y marzo de 2020 la política unilateral y punitiva causó pérdidas superiores a los cinco mil millones de esa moneda, cifra récord para un año.
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