Ferreira compartió serie con los irlandeses Rory Tuohy y Oisin Campbell, y la dominó con relativa facilidad, divertido y sin su característico pelo teñido de rubio, y sin decepcionar a quienes lo saben la estrella del evento.
El despliegue del suramericano fue una aténtica clase de acrobacias y todo el potencial de un arte que va más allá de domar el oleaje y evitar las caídas estrepitosas, y pasa por saltos, giros y aterrizajes con estilo.
Oriundo de Baía Formosa, en Brasil, Ferreira llegó a la playa El Sunzal, en el litoral salvadoreño, para participar en los Juegos Mundiales de la Asociación Internacional de Surf, promocionado aquí como Surf City.
Hijo de un pescador y una posadera, el brasileño aprendió a surfear en tablas prestadas por sus primos, pero su talento era tan descomunal, que con menos de 20 años de edad ya era campeón nacional y monarca mundial juvenil.
Ferreira fue el novato del año del Championship Tour de la World Surf League en 2014, gracias a un estilo agresivo encima de la tabla, una imaginación desbordante y un carisma que ya disfrutaron aquí los espectadores del preolímpico.
Este evento repartirá 12 boletos a los Juegos Olímpicos de Tokio y cuenta con 256 surfistas de 51 países, ranqueados en eventos como la World Surf League, el ISA World Surfing Games y los Juegos Panamericanos de Lima-2019.
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