‘Al escribir la historia de estos días desafiantes, habrá que dedicar un capítulo a la hombrada del equipo #Cuba. Hostigados de modo vil por un puñado de mercenarios, nuestros peloteros han puesto la dignidad en lo más alto. Han hecho más visible la desvergüenza del adversario’, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
El equipo de la mayor de las Antillas, ya eliminado de la justa al ceder dos veces
en la primera fase, derrochó combatividad y tuvo todo el temple necesario para lidiar con ofensas verbales y carteles contrarios al espíritu olímpico.
La intención de un grupo de personas en el estadio era desestabilizar a atletas, entrenadores y demás miembros de la delegación, quienes se se entregaron con ética y juego limpio en pos de conseguir de la victoria.
Por esas acciones, la Federación Cubana de Béisbol (FCB) envió una nota al gobierno de los Estados Unidos, en su condición de país anfitrión, y al Comité Organizador, quienes debían velar por la seguridad de todos los asistentes a la justa, que se juega en el estado de la Florida.
Además, el conjunto cubana sufrió la deserción del camarero César Prieto nada más llegar a territorio estadounidense y la entrega tardía de las visas por parte de la embajada estadounidense en La Habana.
Su decisión, contraria al compromiso contraído con el pueblo y el equipo, ha generado repudio entre sus compañeros y demás miembros de la delegación, dispuestos a sobreponerse al lógico impacto de un hecho ajeno a la mayoritaria voluntad de ser fieles a la patria y la misión con que viajamos al evento, precisó la FCB sobre la actitud de Prieto.
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