Alrededor de cinco mil miembros de las denominadas fuerzas de seguridad interna ‘Asayish’ de la milicia FDS, secundados por más de 40 blindados y vehículos todo terreno artillados, llegaron desde horas tempranas de la mañana a Manbij en un intento para controlar la situación, reportó la agencia.
A pesar de todos esos refuerzos y el toque de queda impuesto, miles de civiles salieron a las calles por sexto día consecutivo para denunciar los crímenes de esta agrupación, en particular el reclutamiento obligatorio de jóvenes, según SANA.
Imágenes difundidas mostraron a las calles y carreteras bloqueadas con neumáticos incendiados y piedras, mientras la huelga general anunciada paralizó todos los servicios públicos y privados.
Las tribus árabes sirias habían convocado hoy a masivas manifestaciones después de los sermones del viernes en las mezquitas para ratificar la demanda popular de expulsar esa milicia, apoyada y financiada por Estados Unidos.
Según cifras confirmadas por varios medios de prensa locales, siete civiles murieron en la represión mientras 30 resultaron heridos y 150 fueron detenidos.
Anteriormente, los manifestantes se apoderaron de varios puntos de control de esa formación mientras 35 de sus integrantes desertaron y se incorporaron a los manifestantes.
Las acciones armadas y protestas contra la FDS experimentaron notable incremento en las últimas semanas en las localidades bajo su dominio en el norte y nordeste de esta nación árabe.
Prácticas como el reclutamiento obligatorio de jóvenes, el servilismo a Estados Unidos, el robo del petróleo y de los cultivos, además del desalojo de familias de sus casas por su cercanía a las bases norteamericanas, provocaron la indignación de los pobladores que incrementaron sus acciones de protesta y resistencia armada contra esa agrupación.
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