El 26 de mayo el gobierno capitalino llamó a la ciudadanía a donar aquellos libros que se encuentren en desuso, buen estado o disfrutados por sus anteriores dueños, para lo cual se colocaron puntos de depósitos en la plaza de la comuna.
Según publicó el sitio oficial de la intendencia del Frente Amplio, el objetivo de esta actividad es poner esos recursos del conocimiento a disposición de la comunidad y aportar a su revalorización.
Todo lo recolectado hasta la fecha se envió a un sitio de desinfección para su distribución a bibliotecas itinerantes que recorren las ollas populares -ayudas comunitarias- para reforzar el acceso a bienes culturales solidarios a las poblaciones más vulnerables.
La directora del Departamento de Cultura, María Inés Obaldía, informó que unas 20 mil personas recibieron el beneficio de al menos un libro en préstamos que ‘siempre vuelven, algunos demoran más, porque necesitan más tiempo y es grato saber que se toman un tiempo productivo y creativo’.
Señaló que mediante este proyecto llegó la literatura a 80 comunidades vulnerables con la distribución de unos tres mil 800 libros de diversos autores y características.
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