El órgano especializado de la ONU presentó este viernes su informe sobre la ciencia, titulado La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente, en el que destacó la aplicación en la isla de los avances científicos en la lucha contra la Covid-19.
En ese sentido, mencionó el uso en pacientes de la enfermedad devenida pandemia global de medicamentos como el anticuerpo monoclonal Anti-CD6, elaborado en el Centro de Inmunología Molecular; y del péptido CIGB-258, creado en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.
La Unesco resaltó igualmente que en Cuba un 49 por ciento de los investigadores son mujeres, entre los primeros países del planeta, donde apenas un tercio de esos puestos es ocupado por féminas, aunque se produjo un avance mundial respecto al reporte presentado hace un lustro, cuando eran un 28,4 por ciento.
También en materia de igualdad de género, el ente multilateral reflejó que en la mayor isla de las Antillas un 27 por ciento de los miembros de la Academia de Ciencia son mujeres, encabezando a América Latina y el Caribe, región que tiene a seis naciones en la lista de las 10 academias más inclusivas en este indicador.
Pese a los resultados notables, el informe recoge las negativas consecuencias del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a la isla desde hace más de 60 años, una política recrudecida por la administración de Donald Trump (2017-2021).
Al respecto, el texto señala que los esfuerzos de Cuba para evitar el robo de cerebros, en particular con el aumento del salario a los científicos, recibió un golpe con ‘el restablecimiento de las sanciones por Estados Unidos en 2017’, tras el acercamiento Washington-La Habana en los últimos años de gestión del presidente Barack Obama.
Según el estudio, el fortalecimiento del bloqueo a partir de 2017 también provocó una disminución en la cifra de publicaciones científicas, escenario compartido con Venezuela, otro país blanco de la agresividad de la Casa Blanca bajo el gobierno de Trump.
El informe de la Unesco expone que durante los años de mejores relaciones con Estados Unidos, Cuba vivió un aumento del turismo, de las remesas y de las inversiones en infraestructura, áreas afectadas por el recrudecimiento del bloqueo.
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