Epidemiólogos, matemáticos, profesionales de las ciencias de la computación, demógrafos, bioestadísticos, físicos, informáticos y geógrafos desarrollaron una labor investigativa resumida en el trabajo Contribuciones de la Epidemiología, la Modelación y los Sistemas de Información en el Enfrentamiento a la Covid-19 en Cuba.
El doctor en Ciencias Pedro Mas Bermejo, vicepresidente de la Sociedad Cubana de Higiene y Epidemiología, en declaraciones al periódico Granma explicó que la novedad científica radica en sustentar de manera racional una base de conocimientos, que devino referente y apoyo al Gobierno con métodos de epidemiología avanzada.
Mas Bermejo, quien también encabezada esa investigación realizada por un colectivo de autores del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) y la Universidad de La Habana, destacó la utilidad de la información obtenida para formular e implementar políticas públicas, así como el sustento científico en la toma de decisiones.
‘Ello facilitó la utilización sistemática de los resultados en la práctica y maximizar su efectividad. También contribuyó a identificar la magnitud y la diseminación de la epidemia, su riesgo y su severidad, la planificación de los recursos del sistema nacional de Salud para su enfrentamiento’, precisó.
Los modelos dinámicos, base de los pronósticos de la enfermedad en la isla caribeña, estimaron el número de casos activos diarios, pacientes recuperados, además de ofrecer una visión global del tiempo de duración de la pandemia, potenciales picos hospitalarios, número de camas y otros recursos de la salud necesarios.
El investigador citó otros modelos como los denominados fenomenológicos, que posibilitaron hacer pronósticos a corto plazo en el plano nacional y guiar las intervenciones a nivel de provincia.
Agregó que esas herramientas permitieron definir tres etapas, la primera abarcó el estudio de los grupos de riesgo de personas con 60 años, principalmente aquellas con comorbilidades y de mayores posibilidades de desarrollar un cuadro clínico de rápido tránsito a los estadios de grave o crítico, y culminar con el fallecimiento.
La segunda etapa identificó en la provincia de La Habana las áreas de salud más vulnerables a la transmisión del virus, teniendo en cuenta la densidad de población, los centros con aglomeraciones de personas, el hacinamiento poblacional y la presencia de barrios precarios.
En la tercera, fueron elaborados varios mapas, entre los que figura el dedicado a reflejar las tasas de incidencia acumuladas por cada 100 mil habitantes, junto al del número y el porcentaje de asintomáticos, todos con posibilidades de actualización.
ga/nmr