Según recoge el informe de la ICAN ‘Cómplice: Gasto mundial en armas nucleares en 2020’, Francia consumió casi 13 millones de euros diarios de dinero público para mantener su arsenal militar nuclear, mientras la epidemia de Covid-19 golpeaba el país.
‘Se trata de un dinero que no se ha dedicado a la salud ni a la educación de sus ciudadanos’, señaló la rama francesa de coalición en un comunicado, pero que sirvió para fortalecer las grandes empresas de armamento que participan en la producción y el equipamiento de misiles nucleares, y en la flota de submarinos nucleares de ataque.
El Estado francés dedicó en 2020 cerca del 11 por ciento de su presupuesto militar total a las armas nucleares, y según la última ley de defensa, aprobada en 2018, gastará 27 mil 850 millones de euros más en disuasión nuclear entre 2021 y 2025, afirmó ICAN Francia.
‘En teoría, estaba previsto un debate parlamentario sobre la revisión de la ley de programación militar, pero el Ministerio de Defensa decidió prescindir de ella’, lamentó Patrice Bouveret, miembro del Observatorio de armamentos, integrado en ICAN.
Además se da la circunstancia de que el 22 de enero de 2021 entró en vigor el Tratado Internacional sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TIAN), y que Francia no firmó ni ratificó al considerar que es ‘inadecuado’ para el contexto de seguridad internacional actual y que socava un ‘enfoque realista del desarme que se realice paso a paso’.
La ICAN, coalición global que ganó el Premio Nobel de la Paz 2017, también hizo un llamamiento a todos los países miembros de la OTAN, que celebran hoy una cumbre en su sede de Bruselas, para que suscriban el TIAN y de ese modo se ponga fin al armamento nuclear.
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