Como uno de los primeros cultores de la poesía social moderna retrató en sus versos las historias de los niños, campesinos, héroes, hazañas y conflictos acaecidos durante la primera mitad del siglo XX y los primeros años del triunfo revolucionario en la isla (1 enero 1959).
El también periodista legó textos encomiables ara revistas como Letras, Verde Olivo, Hoy, Bohemia y Unión, mientras su obro literaria incluye entre sus títulos Ritmos dolientes, Corazón Abierto, Refugio, Surco, Siluetas Aldeanas, Cartas de la Ciénaga, Pulso y Onda y La Tierra Herida.
A la par de la literatura, dedicó su vida a la lucha por la libertad e independencia de Cuba, primero desde sus responsabilidades políticas y luego como colaborador en la clandestinidad, hasta formar parte activa de los procesos desarrollados en la nación caribeña después de 1959.
Su pensamiento antiimperialista, lo ubicó en el blanco de dictadores como Fulgencio Batista, sin embargo se mantuvo firme a sus ideales trabajando contribuyendo a la defensa del país e impartiendo conferencias y recitales en los más intrincados parajes de la mayor de las Antillas.
Para rendir tributo a su vida y obra, desde el pasado 13 de junio acontece la Jornada nacional de homenaje al poeta, cuya edición 49 tomó por escenario principal la ciudad de Manzanillo, ubicada en la oriental provincia de Granma.
Las acciones para recordar a Navarro Luna cierran este 15 de junio, luego de un programa de lecturas de poemas, presentaciones de libros, descargas trovadorescas y coloquios, con la participación presencial y en línea, de creadores de varias latitudes.
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