La resolución adoptada por el Consejo de la ciudad más poblada del estado de Maryland, insta al Congreso y al presidente Joe Biden a poner fin inmediatamente a todos los aspectos de la medida coercitiva.
El acuerdo incluye el término de las restricciones a los viajes a la isla de los ciudadanos estadounidenses y pide a Washington retirar a la nación antillana de la lista unilateral de Estados patrocinadores del terrorismo y a la devolución de la base naval de la bahía de Guantánamo, ocupada ilegalmente por Estados Unidos.
La apelación de los legisladores de Baltimore se suma a llamados de otras urbes estadounidenses que piden el fin de las leyes del bloqueo.
En los últimos meses varias ciudades del país se sumaron a iniciativas del movimiento Puentes de Amor, cuyo objetivo principal es luchar contra dichas medidas punitivas que afectan fundamentalmente a las familias cubanas.
La decisión de Baltimore coincide con una denuncia de la publicación en línea The Intercept que, al abogar por un cambio de política de Washington, elogia la labor de la isla en la lucha contra la Covid-19 mientras el Gobierno estadounidense mantiene las sanciones.
Estas políticas complican gravemente el acceso de Cuba a la financiación internacional, y los dirigentes de La Habana afirman que contribuyen a una escasez de suministros agobiante, señaló The Intercept.
Aunque la administración Biden se comprometió a liderar los esfuerzos internacionales para distribuir vacunas en todo el mundo, las restricciones económicas para hacer negocios con Cuba amenazan con socavar esa misma promesa, advirtió The Intercept.
Según una encuesta de Data for Progress la mayoría de los estadounidenses cree que las políticas de Washington hacia Cuba deben cambiar en aras de la lucha contra la pandemia.
El 66 por ciento de los encuestados dijeron que apoyan ‘que los legisladores suspendan el bloqueo para que Cuba pueda proporcionar tratamientos que salvan vidas a los países pobres’.
El reclamo internacional de poner fin al asedio de Estados Unidos contra Cuba volverá el 23 de junio a ocupar a la Asamblea General de la ONU, que ya manifestó su rechazo a ese mecanismo en 28 ocasiones anteriores.
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