En el caso de la isla, a los retos sanitarios de enfrentar la pandemia, se ha unido el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero que por más de 60 años Estados Unidos le impone, el cual limita nuestro acceso a recursos necesarios para combatir la enfermedad y sus consecuencias, subrayó.
Al intervenir en un diálogo interactivo con la relatora especial para el Derecho a la Salud, Tlaleng Mofokeng, el embajador destacó que pese al cerco, la industria biotecnológica del país caribeño logró producir el 85 por ciento de los fármacos del protocolo de tratamiento, en una apuesta a la soberanía tecnológica en la fabricación de medicamentos, insumos y vacunas.
Asimismo, mencionó en la reunión enmarcada en la sesión 47 del Consejo, la solidaridad internacional desplegada por la isla en tiempos de la Covid-19, con el envío de 57 brigadas del contingente médico Henry Reeve a 40 naciones.
‘Estamos convencidos de que la solidaridad y la cooperación internacionales en materia de salud pueden ser importantes componentes del mandato de la Relatora, particularmente en las circunstancias actuales’, señaló Quintanilla.
El representante permanente deseó éxitos a Mofokeng en su mandato y agradeció la presentación de su informe.
De igual manera, llamó la atención en el foro acerca de la injusta y desigual distribución de las vacunas contra la enfermedad viral, lo que consideró un desafío de cara a los esfuerzos para poner fin al actual escenario epidemiológico global.
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