La embajadora de La Habana en Ottawa, Josefina Vidal, recibió este jueves a Leon Binedell, nuevo presidente y director ejecutivo de la compañía Sherritt International Corp., y también a David Pathe, quien ocupaba ese cargo anteriormente.
En su cuenta de Twitter, la funcionaria manifestó a ambos su agradecimiento por contribuir al desarrollo económico del país caribeño.
En la isla, Sherritt tiene una empresa mixta con el estado cubano desde 1995 para explotar yacimientos y otras inversiones en el sector energético.
La planta Comandante Pedro Sotto Alba-Moa Nickel S.A., administrada por la Sherritt, sobrecumple sus planes de extracción de níquel más cobalto al 101 por ciento, a la vez que compensa las limitaciones de otra planta similar, informaron en diciembre pasado las autoridades cubanas.
Actualmente, la nación caribeña ocupa en el mundo el noveno lugar en cuanto a producción de níquel y es la quinta reserva global de ese metal y la tercera de cobalto.
La firma con sede en Toronto mantiene sus negocios en Cuba a pesar del recrudecimiento del bloqueo estadounidense con la activación del Título III de la Ley Helms-Burton durante la administración del exjefe de la Casa Blanca Donald Trump.
Esa medida, diseñada para frenar la inversión extranjera, permite la reclamación en tribunales de Estados Unidos de indemnizaciones por propiedades nacionalizadas en el territorio insular al triunfar la Revolución en 1959.
No obstante, el gobierno cubano sostiene que las empresas extranjeras tienen total seguridad jurídica basada en la Ley 80 de Reafirmación de la Dignidad y Soberanía Cubanas, así como en otras disposiciones adoptadas para garantizar las inversiones foráneas en el país.
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