El mandatario destacó en su cuenta de Twitter la labor del equipo multidisciplinario que efectuó la búsqueda, en la cual aparecieron también los restos de otros combatientes que integraron la guerrilla que combatió en Bolivia a mediados de la década de los 60 del pasado siglo.
El descubrimiento, realizado el 28 de junio de 1997, puso fin a 30 años de incesante búsqueda y fue considerado como una victoria simbólica de los revolucionarios de distintas nacionalidades sobre sus asesinos.
Geólogos, antropólogos forenses, biólogos, geofísicos, así como historiadores y otros estudiosos de las ciencias sociales cubanas, con el apoyo de especialistas extranjeros y el respaldo de 15 instituciones, llevaron a cabo el hallazgo, calificado como proeza científica.
Para ello se valieron de una minuciosa investigación histórica efectuada tras el asesinato de Guevara en 1967, a manos del Ejército de Bolivia; y de los trabajos sobre el terreno durante casi dos años.
Las osamentas estaban enterradas en la parte vieja de la pista de aviación de Vallegrande, poblado a 240 kilómetros de Santa Cruz, en el país sudamericano.
En la mañana del sábado 28 de junio de 1997, hallaron una fosa común con siete osamentas humanas, dentro de las cuales a una le faltaban las manos, lo que hacía pensar en los restos del denominado Guerrillero de América.
Otras evidencias igualmente apuntaban en esa dirección, pero la confirmación llegó luego del estudio de ADN.
En Cuba el pueblo le rindió a Guevara y sus compañeros un sentido homenaje hasta su sitio de descanso, ubicado en la central provincia de Villa Clara.
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