De acuerdo con el parte diario emitido, no se analizaron muchas de esas respuestas por su baja magnitud y estar solapados los registros, que solo apuntan a los mayores de 1,2 y exclusivamente en la estación de Soroa por esa razón.
Por lo demás, el panorama sísmico del país incluye escasos movimientos telúricos no perceptibles de las zonas de Baconao y Paso de los Vientos-Gran Inagua, en el extremo oriental, además de uno en Islas Vírgenes.
Transcurridas 24 horas desde la ocurrencia del fenómeno natural que remeció estructuras en el municipio de San Cristóbal, de la provincia de Artemisa, varias localidades cercanas y edificios altos de la ciudad de La Habana, todo ha vuelto a la normalidad.
Solo queda para muchos, además de las anécdotas de cómo vivieron el percance, la impresión desagradable del suelo moviéndose bajo los pies y la certeza de que esas situaciones no son privativas de la zona oriental del archipiélago y pueden ocurrir en cualquier punto de su alargada geografía.
En ello insisten continuamente los científicos del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, quienes sumaron a sus horas de desvelo en el intento de desentrañar los misterios de la tierra, las que sumaron a caracterizar el cuatro temblor perceptible de este año.
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