La víspera las principales autoridades de la nación caribeña indicaron la actualización y puesta en marcha de todos los planes de reducción de riesgo de desastre, con especial énfasis en el área de la evacuación de personas, para evitar grandes concentraciones y hacinamiento en medio de la pandemia.
Según los pronósticos del Instituto de Meteorología de la isla, el evento pudiera comenzar a sentirse en la zona oriental del país desde la noche del sábado y madrugada del domingo, y se esperan fuertes lluvias como parte de su avance por el territorio nacional.
Todo ello sucede cuando las tasas de incidencia de la Covid-19 se incrementan en todas las provincias en los últimos 15 días, y el decreto de la fase de transmisión comunitaria obliga a aplicar disposiciones más rigurosas para detener los contagios.
En medio de ese escenario el primer ministro Manuel Marrero orientó la preparación del Sistema Electroenergético Nacional para brindar la mayor vitalidad posible a los centros fundamentales de la economía y los servicios, y especialmente a las instalaciones de Salud vinculadas al enfrentamiento a la pandemia.
También insistió en tener listas las brigadas para solucionar las averías eléctricas y en conductoras de agua, además de prever las reservas de combustible.
Frente al posible impacto de la tormenta tropical las instituciones comenzaron a proteger los recursos materiales, realizar la limpieza de tragantes y alcantarillas, y adoptar otras medidas generales previstas en estos casos.
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