Impresiona en su riqueza decorativa la combinación de maderas preciosas, más de 50 variedades de mármol, finas lámparas y candelabros, herrajes de bronce, vitrales, tapizados, cortinajes, esculturas y una gran cantidad de obras de artistas cubanos y extranjeros.
Su imponente cúpula enchapada en oro, con 91.73 metros de altura, es uno de los elementos exteriores admirados desde diferentes puntos de La Habana.
A la entrada del inmueble, da la bienvenida a los visitantes una monumental escalinata de concreto y granito. En la cima de sus 55 peldaños, custodian el pórtico central dos conjuntos escultóricos que simbolizan el trabajo y la virtud tutelar del pueblo, creados por el artista italiano Angelo Zanelli.
También de su autoría es la Estatua de la República, tercera más grande del mundo bajo techo, fundida en bronce y revestida, en reciente restauración, con tres láminas de oro gracias a la colaboración de la Federación de Rusia.
En una de las salas un túmulo, una llama eterna y banderas de naciones hispanoamericanas, incluidas las de España, Estados Unidos y Portugal, rinden homenaje a los héroes de la Patria, al soldado desconocido y a los extranjeros que lucharon por la independencia de Cuba.
Dos hemiciclos se ubican en los extremos norte y sur, en respuesta a la función primigenia de acoger al Senado y la Cámara de Representantes de la República neocolonial.
El inmueble fue declarado Monumento Nacional en noviembre de 2010 y ante su visible deterioro se encargó a la Oficina del Historiador de la Ciudad, con Eusebio Leal al frente, la responsabilidad de devolverle el esplendor y la valía mediante una restauración capital, financiada por el gobierno cubano.
La primera etapa concluyó en 2016, como un regalo especial al 500 aniversario de La Habana. Gracias a la rigurosidad de los trabajos de rescate emprendidos recibió el Premio de Restauración 2021, otorgado por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.
El Capitolio es hoy la sede institucional de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento).
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