El esperado evento señalado hasta el 17 de julio en la Costa Azul francesa puso fin a la espera que la Covid-19 generó tras obligar a cancelarlo el año pasado, y lo hizo con una interesante cinta protagonizada por los talentosos Adam Driver y Marion Cotillard, lanzando de paso la carrera por la codiciada Palma de Oro, a la cual aspiran 24 películas.
Medidas sanitarias aparte, como el uso de máscara y la limitada presencia de público en las exhibiciones, el festival representa una esperanza para un sector golpeado con severidad por la pandemia, prestigiado esta vez por estrellas de la talla de Spike Lee, Jodie Foster, Sean Penn, Matt Damon, Catherine Deneuve y la propia Cotillard.
Lee, el presidente del jurado de Cannes este año, abogó en declaraciones a la prensa por un cine militante, que a su juicio no solo ‘debe criticar películas, sino también al mundo’, lamentando que lo gobiernen ‘gánsteres’, en alusión a políticos como Donald Trump y Jair Bolsonaro, entre otros.
Muchas son las expectativas en el mundo del séptimo arte de cara a un evento que sus organizadores presentaron como un foro comprometido con el medioambiente, lo que explica el anunciado pago por cada acreditado de una contribución ecológica de 20 euros, el uso de vehículos eléctricos o híbridos y la eliminación de las botellas plásticas de agua.
Respecto a la competición por la Palma de Oro en el 74 Festival de Cannes, sobresalen los largometrajes Flag Day y The French Dispatch, de los directores estadounidenses Sean Penn y Wes Anderson, respectivamente; Benedetta, del neerlandés Paul Verhoeven (Benedetta) y Tre Piani del italiano Nanni Moretti.
La relación incluye además los largometrajes Petrov’s flu, del ruso Kirill Serebrennikov, y propuestas de los franceses Jacques Audiard (Les Olympiades) y Leos Carax (Annette).
msm/wmr