Según reconoció el ministro de Sanidad, Olivier Véran, el objetivo es ‘tratar de evitar a cualquier precio un nuevo confinamiento’, teniendo en cuenta que la circulación del virus ‘se duplica cada cinco días en nuestro país’.
Añadió que hay provincias ‘en las que el crecimiento de la epidemia es superior al 200 por ciento semanal’.
Para poner freno a este incremento de los contagios, el presidente francés Emmanuel Macron anunció en la noche de ayer nuevas restricciones entre las que se incluyeron la vacunación obligatoria para todos los trabajadores de la salud y la extensión del pase sanitario a los espacios cerrados de ocio y culturales.
Macron dijo que la única forma de poner freno a la epidemia es la vacuna y aseguró que el país cuenta con ‘nueve millones de dosis disponibles, que ofrecen una sólida protección contra la variante Delta: dividen entre 12 su poder de contaminación y previenen el 95 por ciento de las formas graves’.
‘La vacuna sigue siendo la única forma de protegerse a uno mismo y a los demás, debemos avanzar hacia la vacunación de todos los franceses porque es la única manera de volver a la vida normal’, añadió.
Según la Dirección General de Sanidad, cerca del 40 por ciento de los franceses, es decir 27,3 millones de personas, han recibido ya dos dosis de la vacuna.
Por su parte el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, declaró que ‘no estamos aquí para hacer de la vida de nadie un infierno, estamos aquí para evitar que nuestra vida colectiva se convierta en un infierno, porque si la pandemia vuelve a ser fuerte, será un infierno para todos’.
Lo cierto es que pocas horas después del anuncio de Macron, la plataforma en línea que recoge la petición de citas para la aplicación de los antídotos (Doctolib) registró una avalancha de 1,3 millones de reservas para los próximos días.
Las fechas para ir aplicando las nuevas medidas se darán a conocer en los próximos días.
Sin embargo, con respecto al pase sanitario (certificado de vacunación o prueba de detección negativa), hasta ahora reservado a las grandes reuniones o discotecas, comenzará a exigirse también en lugares públicos como bares, restaurantes o museos, así como en el transporte de larga distancia.
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