Los hijos de esta tierra rebelde y heroica alzaron sus voces contra la ignominia, acompañados por el Comandante de la Revolución y viceprimer ministro Ramiro Valdés, uno de los jóvenes que el domingo 26 de julio de 1953 atacaron la fortaleza militar guiados por Fidel Castro.
Junto al legendario combatiente estuvieron presentes las máximas autoridades del territorio, el Primer Secretario del Partido Comunista, Lázaro Expósito, y la gobernadora, Beatriz Johnson.
Una vez más, ese histórico ámbito trascendió en un minuto decisivo del devenir cubano, marcado en buena medida por aquella acción que inició la etapa definitiva en las luchas por la libertad y la soberanía.
Apremiados por la necesidad de enfrentar el alza de la Covid-19 en la provincia, que este sábado volvió a rebasar los 400 contagios, los participantes en la cita patriótica no descuidaron las restricciones epidemiológicas.
Junto a la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, prócer símbolo de resistencia e intransigencia en las gestas por la independencia, la que fuera segunda fortaleza militar del país ofrece en la ciudad un sitio de enorme trascendencia para estos actos de reafirmación revolucionaria.
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