El concurrente azar le otorgó la oportunidad de debutar en lides de los cinco aros en una fecha especial, que, sin embargo, le dejó un sabor agridulce a la segunda representante más joven de la delegación de la isla en Tokio.
En la mesa cuatro del Gimnasio Metropolitano de Tokio, Fonseca cedió 0-4 (5-11, 7-11, 5-11 y 12-14) ante la australiana Jian Fang Lay, una jugadora de 48 años, con experiencia en programas de este calibre desde Sídney 2000 y 11 participaciones en campeonatos mundiales.
A golpe de paciencia, Fang moldeó la victoria y consumó el adiós tempranero de una caribeña que pasó como un bólido por la zona mixta, porque su vergüenza deportiva era mayúscula.
Tras un breve diálogo por Whatsapp, la antillana retornó a la pista y brindó sus consideraciones: Sentí que me faltó mucho más. Tal vez la presión me pasó factura, dijo en declaraciones a Prensa Latina.
Pese al revés, la muchacha hizo realidad el sueño de exhibir el tenis de mesa de su país en un contexto olímpico tras 21 años de ausencia y desde que lo hicieran Maricel Ramírez (individual-doble) y Leticia Suárez (doble).
Estoy triste. Sé que puedo dar más, expresó un poco más calmada, como si persiguiera dosis de confianza para encarar su próxima salida en el concurso mixto, junto a su compañero Jorge Moisés Campos.
Sobre esa presentación avanzó que saldrán ‘a darlo todo’ en pos de regalarle el triunfo a una nación que apenas posee -en esta disciplina- el logrado en Río de Janeiro 2016, por el singlista Andy Pereira.
Así, todavía le restan emociones a la cumpleañera Fonseca en pleno apogeo de Tokio 2020, cuya inauguración la víspera hizo oficial el comienzo de los Juegos más atípicos y complejos de la historia.
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