En la primera jornada de la disciplina, Ludia Montero, de los 49 kilos, concluyó en el sexto puesto para mejorar el octavo lugar alcanzado en Río de Janeiro 2016 por su compañera de equipo Marina Rodríguez.
‘Esta actuación estimuló al resto de nuestros atletas, que anhelan mejorar esa posición, como ya nos lo hicieron saber’, expresó en declaraciones exclusivas a Prensa Latina Jorge Luis Barcelán, comisionado nacional de este deporte en la isla.
Pese a este impulso de autoconfianza, Barcelán comentó que no está en planes obtener alguna medalla, ‘aunque puede existir alguna sorpresa si logran unir sus mejores alzadas en arranque y envión’.
Además de Montero, Cuba aterrizó en esta capital con la citada Rodríguez (64) y los debutantes Eyurkenia Duverger (más de 87) y Olfides Sáez (96), capitán de la selección y medallista en Copas del Mundo.
‘Esto es solo el comienzo del renacer de las pesas cubanas’, afirmó Yoany Ginebra, jefe del colectivo de entrenadores de la rama femenina, quien espera ‘resultados similares o superiores en los próximos días’.
Así, lejos de verse como una auténtica utopía, y como idealizar forma parte del folclore de la vida, la familia cubana de la halterofilia sueña en silencio con un podio, algo que la nación no alcanza desde Beijing 2008.
Con 14 juegos de medallas en las palanquetas –siete en cada sexo-, la disciplina tendrá lugar hasta el 4 de agosto en el Foro Internacional de Tokio, donde China podría volver a reinar en el contexto olímpico.
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