Imperturbable y jocosa, Colón sorprendió a los presentes en la sala de prensa del Centro de Gimnasia de Ariake de los Juegos de Tokio 2020, aunque algunos periodistas no advirtieron la entrada de la primera campeona de Latinoamérica bajo la silueta de los cinco aros.
A sus 63 años de edad, la exatleta cumple sus funciones como miembro del Comité Olímpico Internacional (COI), pero este domingo tiene ribetes especiales: ‘Es como mi segundo cumpleaños’, dijo en exclusiva a Prensa Latina.
La historia no falla: un 25 de julio, pero de 1980, logró aquel disparo de 68,40 metros que la colocó en el centro de un podio olímpico de premiaciones y cambió la dinámica de su existencia.
Voy a celebrar, como también mi familia y todos aquellos que todavía sienten suyo ese triunfo, afirmó con la modestia de quien no parece reconocer la grandeza que encierra su figura.
Doble monarca panamericana en San Juan 1979 y Caracas 1983, Colón participó en la 138 Asamblea del COI, la cual, expuso, resultó importante porque se abordaron temas del acontecer deportivo mundial, hubo elecciones y sentaron las bases para el desarrollo exitoso de Tokio 2020.
El aniversario de su reinado olímpico y su apoyo en la justa nipona devienen detalles significativos para una persona ligada de forma estrecha a las disciplinas atléticas y fiel defensora de los derechos de la mujer.
Apagada la cámara y la grabadora, un poco más desinhibida, Colón también habló de sueños hechos realidad, la delegación de su isla en el evento, el trabajo de los medios de comunicación y la exquisitez del chocolate japonés, ‘un sabor que me devuelve a Baracoa’, ciudad oriental de Cuba que la vio nacer en 1958.
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