Su clasificación como séptimo del mundo y número uno de Latinoamérica devienen credenciales de Calderano, quien a sus 25 años cree que es posible solventar los obstáculos y colocarse en el podio de premiaciones.
Antes de debutar y preguntado por su favoritismo, el competidor expuso: Hay muchos atletas con calidad. Creo que, además de los chinos, existe una decena de deportistas listos para luchar por las medallas. Yo estoy en ese grupo.
A Calderano no le falta razón: China suma 28 de las 32 preseas de oro desde que el deporte forma parte del programa olímpico (Seúl 1988); sin embargo, solo enfrentaría a los representantes de esa nación en una eventual ronda semifinal, lo cual deviene noticia halagüeña.
En busca de cumplir su designio, el brasileño, cuarto sembrado de la lid, enfrentará este martes al esloveno Bojan Tokic, en la tercera fase del concurso, misma que también tendrá a su compatriota Gustavo Tsuboi (37 del orbe).
Tsuboi debutó con éxito de 4-1 sobre el rumano Ovidiu Ionescu (11-6, 11-9, 11-13, 11-9 y 11-9) en el Gimnasio Metropolitano de Tokio, una imponente instalación que extraña la presencia de público en sus gradas.
Ahora, la meta es eliminar al nigeriano Quadri Aruna, puesto 21 del planeta, en pos de avanzar a la fase de octavos de final, que, cuenta la historia, es el mejor resultado de Brasil en esta disciplina.
El citado Calderano tiene en su aval tal distinción, desde que estuvo presente entre los 32 mejores en los Juegos de Río de Janeiro 2016, algo que también alcanzó Hugo Hoyama en Atlanta 1996.
Sin dudas, en Japón, por primera vez, Brasil llega con expectativas reales de una medalla, pese a la calidad existente en un deporte en el cual la prisa y la perfección van de la mano.
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