‘En Cuba hay dificultades, no es un secreto para nadie, pues se trata de un país tercermundista, pero la mayor parte de los problemas son originados por el cerco económico, financiero y comercial’, precisó la diplomática en diálogo con la emisora Radio Santa María, a propósito de conmemorarse este lunes el Día de la Rebeldía Nacional en esa nación.
Cuba es un país de amor y no de odio, de paz y no de guerra, dijo Soto al referirse a los sucesos del pasado 11 de julio cuando intentaron desestabilizar esa nación con acciones dirigidas y financiadas desde Washington.
Admitió que la gente tiene derecho a reclamar y a protestar pero no con la violencia desatada por manifestantes, los cuales rompieron vidrieras de los centros comerciales y cargaron con lo que encontraron, lanzaron piedras, destruyeron propiedades del pueblo e incluso un centro pediátrico donde habían niños y madres, y enfrentaron a las fuerzas del orden.
‘En ningún país del mundo esas acciones vandálicas pueden tolerarse’, puntualizó.
Asimismo, recordó como desde el mismo triunfo del 1 de enero de 1959, el gobierno norteamericano está empeñado en ‘enterrar a la revolución cubana’, cuestión confirmada en los documentos desclasificados del Departamento de Estado norteamericano.
‘De ahí la política norteamericana de incentivar el descontento en el pueblo, cercarlo económicamente para privarlo de recursos y llenarlo de insatisfacciones buscando la rebelión contra la revolución’, resaltó.
Se desvirtúa la realidad, aún hoy en las redes son publicados mensajes de odio, llamando a asesinar personas, y no han sido censurados o eliminados, puntualizó la embajadora.
En otro momento del diálogo, fueron abordadas las relaciones entre Dominicana y la mayor de las Antillas, las cuales fueron calificadas de ‘entrañables y comenzaron con el indio Hatuey y prosiguieron con el generalísimo Máximo Gómez, y otros dominicanos, que participaron en la guerra de independencia cubana’, llegando hasta nuestros días.
Por último, apuntó, que ambos países están comprometidos a dar solidez a sus relaciones históricas, las cuales nos unen desde siempre, pues tenemos muchas cosas en común, entre ellas, pertenecer a las Antillas Mayores y formar parte del Caribe.
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