Coelho marcó su nombre en la historia con el primer éxito de su país en el escenario bajo los aros entrelazados, tras doblegar 2-0 a Georges Julien Paul, de Mauricio, por 21-5 y 21-16.
‘Estoy muy feliz, pero aún quiero más’, dijo en la zona mixta del Gimnasio Metropolitano de Tokio, donde, además, agradeció ‘a todas las personas que estuvieron conmigo en este viaje. Gracias por apostar por mí’.
Hace un lustro, cuando su calendario de vida todavía no mostraba los 20 años, el badmintonista también fue el pionero de su nación en competir en una Olimpiada, en Río de Janeiro 2016, aunque su temprana despedida congeló el significativo momento.
Aquel resultado decepcionó a Coelho, quien, incluso, estuvo cerca de dejar atrás los entrenamientos, pero encontró motivación al ver imágenes de niños practicando una disciplina con escaso arraigo en ese territorio sudamericano.
‘Es fantástico que los brasileños puedan jugar de esta manera’, recuerda que pensó aquel día, y luego el club danés Hojbjerg en Aarhus, una de las ciudades más antiguas de Austria, le abrió las puertas para moldear su talento.
No obstante, el camino no fue fácil pues debió regresar a Brasil para someterse a dos cirugías en las caderas, la Covid-19 frenó su desarrollo y estuvo un año sin entrenar por falta de apoyo.
Pese a todo ello, Coelho celebró la víspera el éxito en Musashino Forest Sport Plaza y sintió esa sensación que llega cuando se cumple: ‘He trabajado cinco años para este momento. Estoy muy feliz de ganar y hacer historia para mi país’.
Su próxima salida a la cancha acontecerá el 28 de julio y devendrá prueba de fuego contra el estelar japonés Kanta Tsuneyama, actual número 12 del ranking mundial.
‘Tiene mucha experiencia. Es una leyenda viva. Nunca nos hemos enfrentado y sé que será difícil’, dijo Coelho, campeón panamericano en los Juegos de Lima 2019, antes de afirmar: ‘quiero más, mucho más’.
jf/jdg