En un comunicado difundido en ocasión del Día de la Rebeldía Nacional en la isla, el 26 de julio, los caamañistas expresaron que ‘sus protagonistas, con Fidel al mando, tuvieron el valor extraordinario de atreverse a consumar una hazaña a riesgo de ser derrotados militarmente, para inmediatamente después, transformar el revés en victoria política’.
El inmenso valor de la herejía política consistió no solo en asumir la lucha armada en situaciones revolucionarias clásicas, sino también como intrépido accionar capaz estremecer la tiranía y desatar procesos redentores inéditos, agregó.
El documento reflexionó que ese acontecimiento abrió un ciclo revolucionario en Cuba y en nuestra América, el cual todavía perdura. A esa gran herejía revolucionaria, precisó, le sucedieron múltiples hazañas cruzadas por la audacia, la firmeza y la creatividad revolucionaria: el Granma, la Sierra Maestra, la huelga general, la toma de Santa Clara con el Che y Camilo al frente, la entrada triunfal de Fidel a la Habana y la derrota de Playa Girón.
Además, el desafío de la crisis de los cohetes (Crisis de Octubre), la reforma agraria, la urbana, la siembra de socialismo, la lucha contra el racismo, el fin del analfabetismo y del negocio con la salud y la educación.
Mencionó entre otros retos, el de las enormes desigualdades sociales, los extraordinarios avances científicos y la larga resistencia al bloqueo y al terrorismo exportado por la CIA.
Asimismo, rememoró el llamado Período Especial, por el que transitó la nación para sobrevivir al cerco reforzado de Estados Unidos, y más recientemente, la vacuna Abdala y los otros cuatro candidatos vacunales cubanos contra la Covid-19 y las brigadas internacionalistas de salud.
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