Los críticos de Cuba culpan al Gobierno de los problemas diarios que enfrenta la población, y aseguran que las sanciones estadounidenses son solo un pretexto, pero es como culpar a alguien de no saber nadar bien mientras lo mantienen encadenado en tierra, señaló Yaffe en un artículo de opinión publicado en el periódico The Guardian.
La especialista en historia económica y social de la universidad de Glasgow y quien se encuentra en La Habana por motivos de trabajo, agregó que el bloqueo vigente desde hace 60 años constituye el sistema de sanciones unilaterales más largo aplicado a un país en la historia moderna.
Recordó, además, que el ahora expresidente Donald Trump (2017-2021) impuso otras 243 medidas coercitivas contra Cuba que, entre otras cosas, le impiden acceder al comercio, las finanzas y las inversiones internacionales en momentos en que el capital extranjero jugaba un papel preponderante en la estrategia de desarrollo nacional.
El resultado buscado e inevitable ha sido la escasez de alimentos, combustibles, artículos básicos y suministros médicos, añadió la analista, quien señaló que el sucesor de Trump, Joe Biden, lejos de cumplir con su promesa de campaña de eliminar las medidas, agregó otras.
Destacó también que como resultado del recrudecimiento del bloqueo, y a pesar de contar con vacunas propias contra la Covid-19, el país caribeño no cuenta ni con jeringuillas suficientes para aplicarlas, ni ventiladores para las salas de cuidados intensivos.
Si Estados Unidos en verdad se preocupa por la libertad en Cuba, debería levantarlas, remarcó Yaffe en el artículo, en el cual analiza la situación en la isla a raíz de disturbios ocurridos en La Habana y otras ciudades el 11 de julio pasado.
La autora de varios libros sobre Cuba también mencionó a las redes sociales como otra herramienta clave utilizada por Estados Unidos para intentar desestabilizar al Gobierno cubano, y recordó que en 2018, cuando se amplió el acceso a Internet a la telefonía móvil en la isla, Trump enseguida creó una fuerza de tarea para promover el ‘flujo de información libre’.
Durante este verano, escribió la académica, la campaña en las redes sociales se incrementó, con ‘influencers’ y ‘YouTubers’ llamando desde Miami a los cubanos de la isla a salir a las calles.
Por muy espontáneo y auténtico que esto pueda parecer, detrás está la coordinación y el financiamiento de Estados Unidos, aseveró Yaffe, quien asegura que desde el 11 de julio las únicas manifestaciones de envergadura que ha visto en La Habana son en apoyo al Gobierno.
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