Hernández recalcó el quehacer de su abuelo como activista por la libertad y la igualdad, y una lírica donde se asienta el humanismo caribeño y la necesidad de eliminar los males que azotan a Cuba.
‘En su poesía hay evidencia de su preocupación por estos ideales, unida al desencanto que tenía por los asuntos políticos, pues vivía en una República donde la política no tenía como finalidad el bienestar de las personas’, afirmó a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
Según dijo, fue en 1937 cuando visita España para participar en el Congreso de Intelectuales en Defensa de la Cultura que se fortalecen esos principios revolucionarios y adquiere un compromiso con el ideal de justicia y solidaridad.
Allá, en medio de la guerra civil antifascista que libraba la nación europea, Guillén se relaciona con reconocidos intelectuales como Antonio Machado, Pablo Neruda, Rafael Alberti y César Vallejo, e integra el Partido Comunista Español.
Hernández reconoció que el triunfo de la Revolución cubana le despierta un interés frenético, por lo cual decide apoyar desde su trabajo periodístico y poético, impartiendo recitales y conferencias para el significado de la causa revolucionaria.
Hay una crónica inédita de 1959 donde Guillén está hablando de la necesidad de construir una organización para unir a los escritores y artistas y discutir los problemas que les preocupan, exaltó el albacea.
Ese espacio de debate y reunión para los intelectuales de la época fue la génesis de la Uneac, de la cual Guillén fue director en reconocimiento al notable desempeño y la valía de su obra en Cuba y el mundo, agregó.
Nacido en la provincia cubana de Camagüey, el autor de Elegía a Jesús Menéndez desarrolló una admirable labor como activista político y en defensa de los afrodescendientes, enmarcando su poesía en los procesos de mestizaje y transculturación.
‘Del espíritu hacia la piel nos vendrá el color definitivo. Algún día se dirá color cubano’, firmó el propio escritor en el prólogo Songoro cosongo, publicado en 1931 y testigo de la llamada poesía mulata o el negrismo de sus letras.
Actualmente, la fundación Nicolás Guillén desempeña una dinámica labor académica a partir de sus textos, con el objetivo de evidenciar y eliminar los prejuicios y desigualdades asociadas al color de la piel.
Dicho centro realiza, también, proyectos socioculturales en toda Cuba que buscan desarrollar valores orientados a la apreciación de la diversidad y la preservación de valores culturales y tradiciones.
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