La sede de la nueva formación está ubicada, según imágenes difundidas por medios locales, en la localidad de Hamoko en el municipio de Yaroubieh en la provincia nororiental de Hasakeh, cerca de la frontera con Iraq.
Fuentes citadas por el diario Al-Watan indicaron que Abdul Ilah Jarba de la tribu Shumar, fue nombrado por los militares estadounidenses como responsable de esta nueva milicia.
Washington pretende de tal paso disminuir la indignación tribal hacia su presencia, mientras el nombre del grupo y los altos sueldos pagados impulsaron a los jóvenes a afiliarse al mismo, teniendo en cuenta la difícil situación económica que atraviesan los pobladores por culpa de Washington que roba el trigo y el crudo, e impone asfixiante bloqueo sobre el país, denunciaron las fuentes.
La creación del Ejército de Tribus generó temores de las llamadas Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), de mayoría kurda, y apoyadas por Estados Unidos, que miran al nuevo cuerpo armado como fuerza competidora.
Existe miedo de deserciones de FDS particularmente de sus integrantes árabes para incorporarse a la otra milicia, destacaron.
Reportes de prensa habían revelado que oficiales norteamericanos visitaron varias localidades y entrevistaron con dignatarios de clanes y tribus para convocar a los jóvenes a unirse a la nueva formación.
Analistas calificaron la medida de intento de dividir demográficamente la región, ya que los instructores norteamericanos prometieron que el componente del Ejército de Clanes sea meramente árabe, a diferencia de las llamadas FDS de mayoría kurda, que financia, arma y entrena el Pentágono desde el 2012.
Estados Unidos mantiene al menos una docena de bases militares en la región nororiental siria de al-Jazira y una en la zona de Tanef fronteriza con Iraq y Jordania.
El Gobierno de Damasco denunció que esta presencia es ilegal y viola las leyes internacionales, y además desestabiliza la situación en el país al patrocinar grupos terroristas y separatistas que atacan a las tropas gubernamentales y sus aliados.
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