El director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, William Burns, mencionó en julio que Moscú podría estar detrás de estos episodios, denunciados por primera vez contra funcionarios de la embajada de ese país en Cuba. Sin embargo, reconooció que la falta de datos no permite sacar conclusiones concretas al respecto.
‘La agitación y propaganda rusofóbicas siguen difundiendo desinformación. Nos compadecemos de nuestros colegas y les deseamos salud. Consideramos que lanzar especulaciones antirrusas aprovechando el malestar es vil e inmoral’, comentó Bikántov, según la agencia de noticias Sputnik.
El segundo jefe de Comunicación y Prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia recordó que, además de los diplomáticos estadounidenses en Cuba, también informaron sobre padecimientos similares representantes de la embajada de Canadá.
Advirtió que una investigación realizada más tarde reveló que los diplomáticos canadienses en realidad sufrieron intoxicación tras una fumigación contra mosquitos.
Bikántov señaló que, de manera obstinada, Washington sigue proporcionando a los medios de comunicación noticias sensacionalistas ‘infladas’, que apuntan a la huella rusa en los supuestos ataques con ondas de sonido, radio y energía.
En 2016 y 2017 funcionarios estadounidenses en Cuba reportaron problemas de salud similares, los cuales provocaron acusaciones sobre supuestos ataques sónicos por parte del Gobierno de la isla. También se informó de síntomas parecidos entre el personal de la embajada de Washington en China en 2018.
El pasado 22 de julio el canciller cubano, Bruno Rodríguez, instó a la actual administración de la Casa Blanca a reconocer que no existen evidencias sobre estos acontecimientos.
‘El presidente (Joe) Biden se ha referido a los supuestos daños de salud a diplomáticos norteamericanos, lo cual es sorprendente porque después de cuatro años no se ha encontrado una sola evidencia ni se tiene la menor explicación para los síntomas de salud que ellos refirieron’, comentó.
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