Su construcción inició en 1901 bajo la batuta de las tropas interventoras de Estados Unidos, que ocuparon el país tras finalizar la guerra librada por los cubanos contra el colonialismo español.
El muro de hormigón corre a lo largo del litoral de la capital cubana. Dilató décadas en completar su trazado actual, que se extiende por ocho kilómetros desde el Castillo de La Punta, en la entrada de la bahía hasta el fortín de La Chorrera, en la desembocadura del río Almendares.
En el Castillo de la Punta el Malecón continúa por la Avenida del Puerto y enrrumba hacia la carretera de Guanabacoa y la Vía Blanca, hacia el oriente y la ciudad de Matanzas.
También frente al Malecón se abre la boca del Túnel de La Habana, que sale al otro lado de la bahía hacia el este y resulta la puerta principal a las playas del este capitalino y camino hacia el famoso balneario de Varadero.
Si se transita al contrario, el muro llega hasta el Túnel del río Almendares, o de Quinta Avenida, pues desemboca en esa famosa arteria, otrora residencia de las más acaudaladas familias habaneras.
De cara a esa muralla que bordea el mar se asienten emblemáticos hospedajes capitalinos, entre ellos el Hotel Nacional, que conserva los cañones que defendieron La Habana durante la colonia española.
Por esa zona corren las carrozas y comparsas en los carnavales habaneros de verano, hoy interrumpidos por la pandemia de la Covid-19.
También por allí se alza la Tribuna Antimperialista, frente a la embajada de Estados Unidos, escenario de conciertos y de concentraciones políticas, como la caravana por la paz, el amor y la solidaridad que protagonizaron jóvenes la víspera.
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