De origen ruandés, el hombre era acogido desde hacía meses en la parroquia, y las fuerzas de seguridad en la región de la Vendée lo consideran el autor de un incendio en la catedral de Nantes, en 2020.
La víctima, de 60 años de edad, murió tras recibir varios golpes, de acuerdo con las investigaciones iniciales.
El ministro del Interior, Gerald Darmanin, expresó a través de Twitter su ‘apoyo a todos los católicos del (…) país tras el trágico asesinato de un sacerdote en Vendée’.
El incendio en Nantes se registró 15 meses después del de 2019 en la catedral Notre-Dame de París, que planteó preguntas sobre los riesgos de seguridad para otras iglesias históricas en toda Francia.
Aunque los bomberos contuvieron el fuego de Nantes tras solo dos horas y salvaron la estructura principal, fue destruido un órgano de 1621 y que sobrevivió a la Revolución francesa (finales del siglo XVIII) y a los bombardeos aéreos de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
En octubre del año pasado un tunecino apuñaló a un sacristán y dos fieles en la basílica de Niza (sureste) y en 2016 un sacerdote fue degollado por dos musulmanes en la localidad de Saint-Etienne-du-Rouvray, en el norte del país.
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