Un informe de Ted Snider, licenciado en filosofía que escribe sobre el análisis de patrones en la política exterior y la historia de Estados Unidos, sostiene que la obsesión de su país con el líder cubano, Fidel Castro, no era un miedo al comunismo, más bien, subrayó, era temor al nacionalismo independiente.
Las valoraciones, publicadas en el sitio original.antiwar.com, incursionan en la política de Washington hacia la isla y aseguran que el ‘virus’ que podía ‘contagiar’ no era el comunismo como sostienen hoy sectores conservadores estadounidenses.
Cita planteamientos del politólogo Noam Chomsky, según el cual ‘la obsesión de Estados Unidos con Castro no era un miedo al comunismo. Chomsky dice que los planes de Washington para el cambio de régimen en Cuba ‘fueron elaborados e implementados antes de que existiera una conexión rusa significativa.’
A finales de 1959 y principios de 1960, Fidel Castro inició una política de nacionalización y reforma agraria, algo que diversos estimados plantean no era conveniente a los intereses estadounidenses.
El nacionalismo y su compromiso con el cambio social de Fidel estaban destinados a entrar en conflicto con los intereses de Washington en la isla, consideró el analista.
Arthur Schlesinger se lo dijo al presidente John Kennedy de esta manera: el peligro de ‘la idea de Castro’ se produce cuando ‘la distribución de la tierra y otras formas de riqueza nacional favorecen enormemente a las clases propietarias’ y ‘los pobres y desfavorecidos, estimulados por el ejemplo de la revolución cubana’.
El nacionalismo, y no el comunismo, era el virus contagioso. En 1964, el Departamento de Estado dijo que ‘el principal peligro que enfrentamos en Castro es… que Castro representa un desafío exitoso a los EE.UU., una negación de toda nuestra política hemisférica’, sostuvo Sneider.
Desde el momento que Cuba introdujo sus primeras reformas agrarias en 1959, se produjo el ‘punto de inflexión crítico’, y en cuestión de semanas la destitución de Castro se convirtió en la política de Estados Unidos, según la valoración,
El nacionalismo siempre fue el virus cubano que Estados Unidos teme y no comenzó en 1960, enfatizó Snider, y subrayó que el maltrato hacia Cuba ‘estuvo motivado por el egoísmo, la codicia y el afán de mantener la tierra y los recursos cubanos lejos del pueblo cubano’.
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