El Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer, ubicado en La Habana, es un centro de referencia en la especialidad a nivel nacional e internacional, con una labor de más de 250 mil consultas y de 27 mil cirugías al año relacionadas a padecimientos de la vista.
La actividad científico-asistencial de sus profesionales incluye diagnóstico, tratamiento y soluciones quirúrgicas; pero como en otras esferas de la vida, su quehacer habitual también se vio afectado por la propagación y letalidad del virus SARS-CoV-2, causante de la pandemia por la Covid-19.
En 2020 se ejecutó solamente el 43 por ciento del plan quirúrgico de esta institución capitalina, 14 mil 186 cirugías menos que las efectuadas en 2019 (25 mil 740), aunque se garantizaron las urgencias y programas prioritarios como el de cáncer, explicó a Prensa Latina el doctor Ibrain Piloto Díaz, director del centro.
Lamentó que en la actualidad más de cinco mil pacientes permanecen en espera para la atención.
Esta situación implica un reto mayor en este 2021 para su personal, que antes de la pandemia contaba con una tradición de alto volumen de pacientes atendidos en consulta y cirugías, añadió.
Nuevas tecnologías para la salud ocular
Entre los años 2004 y 2010 hubo una introducción masiva de tecnología, mediante lo cual sus servicios de oftalmología se equipararon con los de instituciones de primer nivel en el mundo.
En 2019, por ejemplo, se realizaron 28 mil cirugías de cataratas y más del 94 por ciento de ellas se efectuaron con la moderna técnica de facoemulsificación, mediante la cual la lente interna del ojo se emulsiona con una herramienta ultrasónica de mano y se retira con una aspiración.
‘Mantenerse actualizado en los conocimientos e innovaciones tecnológicas es complejo, pues los equipos tienen un costo muy elevado’, señaló el director, al destacar que el país realiza grandes esfuerzos en ese sentido.
Debido al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos a Cuba hace casi 60 años se dificulta la compra de equipos e insumos para la atención, los cuales deben ser importados desde destinos más lejanos y eso encarece su costo.
El especialista se refirió a los impedimentos que ocasiona esa política para el desarrollo de algunos tratamientos, como tumores intraoculares de los niños y la toma de imágenes de esos tumores.
Sin embargo, esta última situación se ha resuelto parcialmente con donaciones de países amigos y/o la colaboración de organizaciones internacionales, resaltó.
Evaluación y cirugía de retina
Este es uno de los programas líderes de atención médica internacional del Ramón Pando Ferrer, donde laboran actualmente 21 especialistas de retina, una cifra que sobrepasa la registrada en todo el territorio de algunos países de Latinoamérica, aseguró el doctor.
Destacó la alta demanda de formación de residentes extranjeros en esta área, principalmente de América Latina y el Caribe, seguido de Asia y África.
Por otro lado, también es elevado el pedido de servicios de estos especialistas para cumplir misiones médicas en otros países, además de cataratas, neuroftalmología, glaucoma, córnea y cirugía refractiva.
‘La oftalmología en muchos países es una especialidad de élite, tanto para atenderse como para la formación profesional’, aseveró.
El Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer es referencia de la especialidad en América Latina y centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud, también para la formación de recursos humanos.
El milagro de la solidaridad
En 2004 surgió la Misión Milagro, una iniciativa del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, y del comandante de la Revolución bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, para garantizar la atención a los más necesitados en diversos países.
Durante los cinco primeros meses se realizaron en este centro 12 mil 630 cirugías y 2005 fue el año de mayor volumen con un acumulado de 37 mil 860, puntualizó a Prensa Latina la doctora Carmen María Padilla, especialista en bioestadística y jefa de reportes médicos de la institución.
En ese sentido, el Piloto Díaz destacó que en el hospital bajo su dirección nunca se detuvieron las cirugías en pacientes nacionales y adicionalmente sus profesionales desarrollaban las intervenciones quirúrgicas de los extranjeros.
Luego, la infraestructura médica para este programa se implementó también en otros hospitales cubanos y en clínicas acondicionadas para ello en varios países de América Latina y el Caribe, con la presencia de personal especializado procedente de La Habana.
De esta forma se le devolvió la visión a más de seis millones de personas, constatan las estadísticas.
rmh/rbp
*Periodista de la redacción Ciencia y Técnica de Prensa Latina