Nuestra prioridad en los primeros años fue la instauración de la seguridad y en la actualidad debería ser la producción y la creación de oportunidades de trabajo, dijo el mandatario al encabezar la primera reunión del Ejecutivo.
Agregó que la seguridad era necesaria para iniciar y despegar la producción, y ahora ocurre lo contrario porque la producción es necesaria para mantener la estabilidad, especialmente después de liberar la mayor parte del territorio nacional del terrorismo.
El gobernante reconoció que los desafíos son grandes y las tareas son muchas, lo cual implica mayor responsabilidad y señaló que el éxito depende del trabajo a base de la realidad compleja.
Hay desafíos externos que impiden el trabajo pero, según al-Assad, no hay justificación ninguna para no resolver los problemas que dependen de problemas meramente internos como la corrupción.
También llamó a ampliar la participación de los individuos y organizaciones no gubernamentales en la toma de decisiones para reducir al mínimo el margen de errores y fallos a la hora de la aplicación.
La reconstrucción debe enfocarse en las zonas rurales devastadas por las acciones del terrorismo para evitar mayor emigración hacia las ciudades, dijo el mandatario, y reafirmó que el Gobierno no planea suspender el subsidio a los productos básicos, sino que habrá mayor organización y redistribución del mismo.
Instruyó a los ministros trabajar para alentar las inversiones, apoyar los proyectos pequeños y de energías alternativas, continuar la reforma administrativa y activar el rol de la prensa como puente entre el ciudadano y el responsable.
El nuevo gobierno de Siria anunciado el martes último con cambios en cinco carteras, enfrenta serios desafíos a su frente, mitigar el impacto del bloqueo y las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, que generaron una escasez de hidrocarburos, pan y otros alimentos, además de largas horas de corte de electricidad.
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