‘Esa subordinación solo deslegitima y abochorna a la UE’, escribieron en una carta dirigida al responsable de relaciones exteriores del bloque, Josep Borrell, los parlamentarios Manu Pineda, co-coordinador del grupo The Left en la Comisión de Asuntos Exteriores; y Sandra Pereira, vicepresidenta de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana.
En la misiva también exhortaron a dejar de lado el camino de la injerencia y de la agresión, y apostar de forma contundente por el respeto a la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, por el respeto a la soberanía de los pueblos.
‘El mejor camino siempre será el del diálogo y la cooperación’, insistieron en relación con una declaración de Borrell del pasado 29 de julio, en la que obvió referirse a la hostilidad norteamericana cuando manifestó preocupación por quejas de los cubanos ante la falta de medicamentos, alimentos y electricidad.
‘La ausencia de una condena al bloqueo y a su impacto devastador sobre la población cubana resulta sinceramente inconcebible’, subrayaron Pineda y Pereira en la carta al vicepresidente y alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
Adicionalmente, continuaron, el paralelismo que trata de establecer entre la situación generada por la Covid-19 y el incremento de las demandas por derechos civiles y políticos y democracia no tiene fundamento alguno y es completamente inapropiado.
Expresaron que era de esperar una condena al mantenimiento y el fortalecimiento del bloqueo en época de pandemia como hizo el anterior presidente Donald Trump y mantiene el actual Joe Biden.
‘Cualquier pronunciamiento sobre los derechos humanos en Cuba debería denunciar inequívocamente la violación de estos derechos, incluido a la salud de la población cubana, como resultado del bloqueo, tanto más grave cuando permanece también durante la pandemia’, señalaron.
Igualmente, manifestaron que la premeditada omisión de la condena al bloqueo en la declaración ofende no solo al pueblo de la nación caribeña, sino también a las empresas y ciudadanos de los países europeos, cuyos intereses se ven afectados por esta política obsoleta e irracional.
En relación con la represión a los actos violentos, que incluyeron vandalismo y ataques a hospitales, preguntaron a Borrell en qué Estado de derecho se permite semejante proceder.
‘Llama la atención esta inconcebible posición sobre Cuba cuando, a la vez, la Unión Europea ha hecho un silencio cómplice a situaciones recientes de verdaderas y flagrantes violaciones de derechos humanos en otros países, incluidos de la región de América Latina’, afirmaron en la misiva.
Lamentablemente, comentaron, la Unión Europea demuestra su postura hipócrita con la aplicación de estos dobles raseros criticando a Cuba, que legítima y valientemente defiende los derechos de su pueblo frente al violento bloqueo, mientras la UE es cómplice de quienes verdaderamente violan los derechos humanos de sus pueblos y de otros pueblos.
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