La galena Belkis Yañez ejerció su profesión en Venezuela y Brasil por varios años como parte del programa de colaboración en salud de Cuba con ambos países.
En conversación con Prensa Latina, recordó su estancia en comunidades donde la violencia o la ruralidad no habían permitido el intercambio de pobladores con médicos.
La doctora habló sobre ‘el agradecimiento de aquellas personas sencillas marcadas en su gran mayoría por la marginalidad, la falta de educación sanitaria, el machismo o la pobreza’.
‘Llegué a Venezuela en 2007, fue mi primera misión en el exterior y me colocaron en la Brigada Ernesto Che Guevara para recorrer zonas intrincadas del estado Bolívar a las cuales no habían llegado aún los médicos cubanos’, puntualizó.
Yañez rememoró su trato con tribus indias, así como con pobladores que nunca antes interactuaron con un doctor y por lo tanto, ‘muchos recuperaron la vista con operaciones de cataratas que también hacía la misión cubana, mientras otros tenían dolencias y enfermedades curables’.
‘En los seis meses de recorrido conocí niños con un cuadro clínico severo de desnutrición, mujeres muy jóvenes con muchos hijos por lo que dejamos medicamentos gratis, hicimos charlas de planificación familiar y los convidamos a ir a consultas médicas’, refirió.
Posterior a esta experiencia, la designaron en un hospital para atender una comunidad marcada como zona roja por los altos índices de delincuencia.
‘Por donde caminaba veía las paredes llenas de tiros, para entrar y salir debía estar acompañada, pero eso fue hasta que me conocieron en la zona porque después los mismos malandros (criminales) me protegían, nunca tuve un percance’, recordó.
Ella atribuye este respeto al trato humanitario y profesional que brindaban los médicos cubanos, quienes además consultaban de forma gratuita, sin importar los status sociales de sus pacientes.
‘Creo que la misión de salud marcó una diferencia en la comunidad, nosotros además formamos profesionales que luego regresaron a sus zonas de residencia para ejercer’, dijo.
La doctora comentó sus impresiones sobre casos de médicos que atendían a los pacientes como clientes, ‘mandaban una batería de exámenes para vaciarles el seguro o recetaban medicamentos más caros’.
‘En Brasil estuve tres años en un pueblo mayormente pobre de Sao Paulo, los doctores nacionales no llegaban hasta esas zonas, de hecho, el gremio de esa nación nos prefería en aquellos lugares para que no afectáramos sus áreas de influencia’.
De acuerdo con la profesional, su trabajo en ambos países estuvo vinculado con la atención a la familia de manera integral, pero en Venezuela socorrió a muchachos que llegaban a su puesto de salud con heridas graves de armas blancas y necesitaban una pronta intervención.
‘Recuerdo un diagnóstico temprano que hice de un acranio (malformación congénita en el feto durante el embarazo) y no pude convencer a la joven para que lo interrumpiera, la Iglesia era muy fuerte en esa zona, tuve que dar seguimiento a toda la gestación a sabiendas de que el niño iba a morir tras el parto, como al final sucedió, fue muy fuerte’.
En su opinión, las campañas internacionales que intentan desprestigiar la labor de los galenos cubanos no tienen sustento.
La doctora enfatizó que no se considera una esclava, como aseguran esos mensajes comunicacionales alentados desde Estados Unidos.
Aunque trabajó en condiciones difíciles, ‘lo volvería a hacer por tal de llegar a aquellos que no tienen las mismas facilidades para acceder a los servicios de salud’.
‘Ya tengo 34 años de trabajo en la atención primaria, creo que es un eslabón esencial y nuestro país es pionero en este sentido gracias a la visión que tuvo Fidel Castro (líder de la Revolución) para poner a los doctores al alcance de las familias hace ya más de tres décadas’, acotó.
Para Yañez el acceso universal y gratuito a la salud debería ser una constante en todos los países, porque ‘si la medicina es una mercancía, el médico se deshumaniza y la vocación se supedita a las reglas del mercado’.
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