Esto es solo el comienzo voy a seguir con la vista en nuevos triunfos y mejorar aún más mi técnica, dijo el antillano a Prensa Latina en la zona mixta de entrevistas del estadio Olímpico.
Sol, de 18 años, llegó hasta los 7,46 metros en su primer intento y llevó el liderazgo de una prueba, clase T47 para discapacitados físicos, en que seis rivales superaron la barrera de los siete metros.
Me siento muy feliz porque logré lo siempre soñé durante tanto tiempo, afirmó el antillano, quien dedicó el triunfo a su entrenador Luis Bueno a su familia, padre, preparadores de la infancia Lien y Geike, y en especial, a su madre.
‘Mi primer pensamiento luego de ganar la medalla de oro se lo dediqué a mi mamá porque gracias a ella me he convertido en un campeón paralímpico, ella siempre ha estado conmigo y me ha ayudado a enfrentar los momentos buenos y malos de la vida’, subrayó.
Según el antillano, el nivel de la competencia fue bien alto con seis atletas que saltaron por encima de los siete metros, todos estaban muy bien preparados y desde bien temprano yo sabía lo cerrado de la prueba, reconoció.
Llegué muy confiado y seguro a los Juegos por todos los consejos e indicaciones recibidas de mi entrenador Bueno, por eso conseguí este resultado, aseveró antes de hacer un alto para recordar su desarrollo en el deporto paralímpico gracias al apoyo de la Revolución Cubana.
En la final de hoy el caribeño batió el primado de 7,41 metros del estadounidense Roderick Townsend implantado el 14 de septiembre de 2016 en la Paralimpiada de Río de Janeiro 2016.
Al cubano lo secundaron precisamente Townsend con marca personal de 7,43 y el representante del Comité Olímpico de Rusia Nikita Kotukov, bronce (7,34).
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