La actual etapa del sonado juicio se concentra en la actuación de los abogados que intentan a toda costa probar la inocencia de sus clientes frente a un Ministerio Público para el cual la sentencia condenatoria es cuestión de tiempo.
Desde finales de julio y principio de agosto, la barra de la defensa de los seis imputados por los sobornos de la empresa brasileña, comenzaron sus descargos, y en estos momentos solo faltan tres por emitir sus discursos, Tommy Galán, Roberto Rodríguez y Conrado Pittaluga.
El juicio de fondo abrió su audiencia el 21 de noviembre del pasado año, y tuvo por medio varios incidentes de las partes, los cuales demoraron el proceso, aunque el Tribunal los respondió todos.
A estas alturas del proceso, solo falta concluyan las defensas para que Fiscalía lleve a cabo sus refutaciones y de ahí en lo adelante las juezas actuantes tendrán en sus manos todos los elementos para emitir sentencias.
Sin dudas, el caso, que al principio parecía estar sólido y con un camino expedito, confrontó numerosas dificultades, lo cual obligó al Ministerio Público a reenfocar su estrategia para demostrar que los bienes y transacciones de los imputados fueron fruto de los sobornos.
Las magistradas del Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, Giselle Méndez, Tania Yunes y Jissel Naranjo, tienen en sus manos la balanza, veremos hacia dónde se inclina en un proceso que lleva más de cuatro años en los tribunales, desde que a los encartados les fue conocida medida de coerción el 7 de junio de 2017.
Los acusados en el caso Odebrecht son juzgados por recibir supuestos sobornos de parte de la constructora brasileña para la adjudicación de obras del Estado por un valor de 92 millones de dólares.
Pero según conocedores del tema, todo parece indicar esto no termina aquí, pues la Procuraduría ya anunció un Odebrecht 2,0, por supuesto con nuevos actores y nuevas evidencias, solo habrá que esperar le llegue su momento.
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