Con esos criterios autoridades del Ministerio de Economía y Planificación rechazaron recientemente la idea de que la creación de esas organizaciones empresariales sea la restauración del capitalismo.
De lo que se trata es de perfeccionar el sistema delineado en la Constitución de la República y refrendado en la Estrategia Económica y Social de la nación.
Sobre el tema el viceprimer ministro Alejandro Gil significó que el país tiene que alcanzar una economía eficiente en medio de las restricciones impuestas por el bloqueo de Estados Unidos, capaz de sobreponerse a ese escenario y de crear la riqueza y los bienes que respalden un proyecto social inclusivo.
‘Todo esto, añadió, bajo el principio de equidad. No queremos un proyecto capitalista y de corte neoliberal y por tanto hemos prestado especial atención a la protección de los trabajadores y al régimen de seguridad social. Es un socialismo más moderno, más inclusivo’, aseguró al ofrecer detalles de este trascendental proceso.
El día 20 entrarán en vigor las normas jurídicas para la constitución de las mipymes y la transformación de las cooperativas no agropecuarias y el trabajo por cuenta propia (privado), con lo cual Cuba incorpora fuerzas productivas a su modelo de desarrollo.
Gil aseguró que el objetivo es alcanzar una economía eficiente y diversificada, por lo que reconoció la búsqueda de mayor competitividad para que se mueva por mecanismos menos administrativos y sí por incentivos financieros.
La apuesta es a la producción de alimentos y de bienes y servicios de elevada calidad con la ejecución de proyectos tecnológicos en función de aprovechar el talento creado y las capacidades disponibles, por lo que los profesionales pueden ser parte de este diseño para emplear todas las fuerzas posibles.
Con esa decisión Cuba no está creando un sector de segunda clase ni de subsistencia, sino que aporte al producto interno bruto e impacte en el empleo y las exportaciones con bienes y servicios de calidad, por lo cual la aspiración es contar con organizaciones de una amplia base tecnológica que contribuyan al desarrollo económico y social del país.
En el diseño de las mipymes muchos fueron los elementos tomados en cuenta y las trabas eliminadas para no frenar su desarrollo, como lo muestra la posibilidad de poder asociarse con capital foráneo o de cubanos, residentes permanentes en el país o fuera de él, y de constituir una empresa mixta, lo cual no se contradice con las políticas establecidas, aseguró el funcionario.
Se trata de un proyecto que incluye al sector estatal y al privado para dinamizar la economía según lo previsto en la Ley de Inversión Extranjera, a lo cual se suma la capacidad otorgada a las mipymes, cooperativas y trabajadores de exportar e importar, a través de entidades estatales.
De gran relevancia resultan también las pautas trazadas para impedir la concentración de la propiedad y la riqueza en actores no estatales o personas naturales al establecer ser socio de solo una mipyme.
Es una disposición, recogida en las normas jurídicas de los nuevos actores económicos, y responde al diseño del sistema socialista cubano, aunque su objeto social es amplio y pueden dedicarse a cuantas actividades estén autorizadas y puedan realizar.
Ello es así precisamente para evitar la concentración de la propiedad y la riqueza, un elemento que no es coherente con el socialismo y que pudiera burlarse si se constituyen sucesivas mipymes donde el dueño sea el mismo sujeto.
La creación de esa entidades se priorizará en la producción de alimentos, las empresas de base tecnológica relacionadas con manufactura aditiva, robótica, la generación de nuevos materiales y en parques tecnológicos.
Incluye asimismo proyectos de desarrollo local coherentes con la política de desarrollo territorial y toda la economía circular, que tiene como punto esencial emplear materias primas nacionales.
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