Mohammed y otros cuatro acusados comparecieron ante la Corte estadounidense en la base naval, lo cual reanuda un proceso judicial luego de prolongado pasado, indican reportes locales de prensa.
Esas cinco personas fueron encerradas hace 15 años en la prisión de la base militar norteamericana en Guantánamo, tristemente célebre por numerosas denuncias de torturas y prácticas inhumanas contra los detenidos allí sin previo juicio ni sentencia.
Según confirmó el Departamento de Defensa de Estados Unidos, las audiencias se prolongarán hasta el día 17, y esta semana se realizará –principalmente- reuniones con los fiscales militares y los equipos de defensa.
Los detenidos están imputados como organizadores de atentados terroristas y además del cargo de conspiración, se les acusa por cometer asesinatos en violación de la ley de guerra y de atacar a civiles, conforme a la versión del Gobierno estadounidense.
En caso de ser condenados, podrían enfrentar la pena de muerte, cuyo método lo decidiría el secretario de Defensa norteamericano.
Un nuevo juez, el coronel de la Fuerza Aérea Matthew McCall, preside la comisión militar encargada del polémico proceso, asociado al sistema de torturas aplicado a los detenidos, a su retención indefinida en las instalaciones en Guantánamo o a si debe ser un tribunal civil o militar quien los juzgue.
McCall es el octavo magistrado asociado a este proceso, que ha sufrido varios aplazamientos, incluido la postergación hace más de un año por la pandemia de Covid-19.
El caso vuelve a retomarse ahora, 20 años después de los tres ataques terroristas en territorio estadounidense reivindicados por la red Al Qaeda.
La nueva comparecencia coincide también con la caótica retirada de las tropas norteamericanas de Afganistán, luego de dos décadas de guerra en una supuesta cruzada antiterrorista de Washington, que culminó con el regreso al poder del Talibán.
El jefe de la Casa Blanca, Joe Biden, señaló que espera cerrar la prisión de Guantánamo, donde ahora quedan menos de 40 reos de los cerca de 800 reclusos que albergó tras su apertura en 2002, ordenada por George W. Bush, en respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Los procesos judiciales a los detenidos en Guantánamo están llenos de irregularidades, a muchos prisioneros se les negó el derecho a un debido proceso y estuvieron encarcelados durante años sin cargos en su contra, como denuncian organizaciones de la sociedad civil.
En reiteradas ocasiones, expertos de Naciones Unidas han demandado el cierre de la prisión en Guantánamo. oda/ifb