El color amarillo y los girasoles, relacionados tradicionalmente con esta virgen, son parte también del homenaje popular que llega en medio de una situación epidemiológica compleja.
Según la tradición católica, en 1612 tres buscadores de sal hallaron en la bahía de Nipe (oriente) una imagen de la Virgen María que flotaba sobre una tabla donde podía leerse ‘Yo soy la Virgen de la Caridad’.
‘Y que la hayan encontrado tres Juanes, un blanco, un negro y un español, o dos inditos transculturados que ya hablaban el idioma, indica que la Virgen es Cuba, que la barca es Cuba’, comentó hace algunos años el historiador de La Habana, Eusebio Leal (1942-2020).
El destacado etnólogo cubano Fernando Ortiz escribió que ‘la Virgen Mambisa, como también se le conoce, ha acompañado a los isleños, en buenas y malas, desde la plegaria más sencilla, hasta la celebración más encumbrada, desde el pedido más íntimo hasta el rezo más público’.
De hecho, la historiografía nacional recoge que el lugarteniente general Antonio Maceo, líder de las fuerzas independentistas contra España, llevó al cuello un escapulario con la imagen de la Caridad del Cobre.
De acuerdo con otras investigaciones, alrededor de 200 generales, oficiales y soldados cubanos que lucharon por la soberanía de la nación solicitaron a la Iglesia que la declarara Patrona de la isla, lo cual fue concedido en 1916 por el Papa Benedicto XV.
El presidente del país, Miguel Díaz-Canel, afirmó que la Virgen de la Caridad del Cobre une a los cubanos en el sentimiento nacional y en la historia.
Más allá del catolicismo, esta imagen es venerada en los cultos sincréticos afrocubanos como Ochún, la diosa del amor y del dinero, dueña de las aguas dulces.
Por ese motivo, cientos de fieles acuden cada año a ríos, iglesias o habilitan un rincón de la casa con ofrendas dedicadas a la Caridad del Cobre.
En su Santuario principal de El Cobre (oriente) se encuentra una virgen de oro en un altar de mármol y plata ante el cual miles de creyentes depositan objetos personales para rendir tributo o cumplir promesas.
A propósito de los 400 años del hallazgo de la imagen, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba organizó un gran peregrinaje de la virgen por casi 30 mil kilómetros de la geografía nacional.
El homenaje concluyó en diciembre de 2011 con una eucaristía oficiada por el entonces arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, en el centro histórico de la ciudad.
Desde 2014 una imagen de la Caridad del Cobre descansa en los Jardines del Vaticano.
En 2015, durante su visita a Cuba, el Papa Francisco entregó en el Santuario de El Cobre un ramo de flores de plata para la Virgen, las cuales acompañan la rosa de oro que el Sumo Pontífice Benedicto XVI ofrendó a la Patrona de la isla en 2012.
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