Según una declaración de la Cancillería gala, Le Drian fijó esa postura este jueves durante una reunión en Nueva York con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, un día después de que dialogaran por teléfono los presidentes Emmanuel Macron y Joe Biden sobre el diferendo y acordaran relajar las tensiones.
El canciller mencionó a Blinken las modalidades y principios para restaurar la confianza entre París y Washington, deteriorada con el anuncio de Australia hace unos días de romper el llamado ‘contrato del siglo’ con la empresa estatal francesa Grupo Naval para la construcción de 12 submarinos convencionales, con el fin de encargar a Estados Unidos ocho de esos artefactos, pero de propulsión nuclear.
Le Drian consideró que la conversación de mandatarios fue un primer paso, al cual deberán seguir otros.
Para Francia, la ruptura del contrato fue una puñalada por la espalda, y llamó a consultas a sus embajadores en Estados Unidos y Australia.
Macron señaló en su diálogo con Biden el regreso del embajador a Washington, mientras Le Drian y Blinken convinieron mantener el contacto para buscar la salida de la crisis.
Más temprano este jueves, el presidente del grupo industrial Grupo Naval, Pierre-Eric Pommelet, adelantó que la empresa enviará a Australia una factura con los gastos realizados hasta el momento, tras la decisión de Canberra de cancelar un contrato firmado en 2016 por más de 30 mil millones de euros para la construcción de 12 submarinos convencionales.
De acuerdo con Pommelet, el documento será entregado en algunas semanas, con una propuesta de cobro detallada de costos relacionados con la ‘desmovilización’ de infraestructura y la labor informática, así como con la fuerza de trabajo.
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