Los participantes en el acto que tuvo lugar en la ciudad de Qamishli en el extremo nordeste de esta nación, condenaron también el cierre de las escuelas estatales por parte de las llamadas Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), respaldadas política, financiera y militarmente por Washington.
Las pancartas izadas deploraron el saqueo del petróleo que priva al pueblo sirio de esta y otras riquezas naturales.
La inestabilidad y la escasez de agua e hidrocarburos se debe principalmente a la presencia militar de Ankara y Washington y su apoyo a grupos terroristas y separatistas, precisaron asistentes a la protesta.
Estados Unidos mantiene al menos 12 bases, en su mayoría en los campos de petróleo y gas, mientras sostiene un enclave en la zona de Tanef, en la frontera con Iraq, para impedir cualquier comunicación terrestre entre estos dos países.
Turquía, a su vez, controla ilegalmente desde 2018 amplias zonas en el norte de Siria y administra 114 posiciones y puntos militares, que se distribuyen en cinco provincias: Alepo (56), Idlib (45), Raqa (nueve), Hasakeh (cuatro) y Latakia (dos).
El gobierno sirio denunció en varias ocasiones esa presencia y la calificó de ocupación, además de asegurar que la misma impide la liberación completa de su territorio del terrorismo.
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