La determinación involucra a ocho provincias: La Habana, Matanzas, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba, Guantánamo, Mayabeque y el municipio especial Isla de la Juventud, las cuales han mantenido una tendencia a la disminución en la incidencia de casos positivos con esa enfermedad.
Dicha decisión también está amparada por el exitoso proceso de vacunación a la población cubana mayor de dos años de edad, condición que si bien no evita la posibilidad de contagio es garante de una mayor inmunización junto con el cumplimiento de los protocolos y medidas de protección, higienización y distanciamiento establecidos.
Para los territorios autorizados a la reapertura se restablecerán los servicios de forma gradual y con la premisa de evitar aglomeraciones, largas esperas y concentraciones de personas, porque de lo que se trata es de reanimar la actividad económica en dependencia de la situación epidemiológica de cada lugar.
Como explicaron a la población en trasmisión televisiva la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz, y los gobernadores de La Habana Reynaldo García, y de Matanzas, Mario Sabines, se diseñó una estrategia basada en un protocolo de salud y también de restricciones, pues en aquellas áreas donde existan eventos activos de transmisión de la Covid-19, no procederá la apertura.
En el caso de la capital del país la prestación de servicios en las unidades abiertas es hasta las 21:30, hora local, ya que el cierre de la ciudad comienza desde las 22:30.
Para Matanzas se dispuso que 81 centros gastronómicos certificados en sus 13 municipios brinden ofertas para consumir en ellos, hasta las 20:00, pues quedó establecido limitar la movilidad a partir de las 21:00.
Para todas las provincias el reinicio gradual del comercio y la gastronomía y los trámites notariales, de los registros Civil y de la Propiedad implicó una revisión de todo lo relacionado con transporte, servicios jurídicos, planificación física y otras actividades.
Además las aperturas están precedidas de una comisión que evalúa, en cada territorio, qué centro reúne las condiciones y cuál no las tiene para abrir, porque por ejemplo un centro sin agua potable no tiene las condiciones para atender al público cuando aún existe una alta trasmisión del virus SARS-COV-2 y sus variantes.
De ahí la certificación inicial, seguida de un proceso de inspección sanitaria estatal para verificar si se mantienen los requisitos y las medidas adoptadas para la prestación del servicio en cuestión.
En cada lugar además del uso obligatorio del nasobuco, de desinfectantes y pasos podálicos, en los restaurantes y cafeterías escogidos se exigirá la higiene rigurosa en la preparación y venta de los alimentos, el distanciamiento físico posible y la ventilación natural, además de que en aras de evitar aglomeraciones las personas reserven por teléfono o por las plataformas digitales.
Todos las medidas y principios aprobados son aplicables tanto para el sector estatal como el no estatal, porque el propósito es actuar con responsabilidad para avanzar en la recuperación de lo perdido, desde el punto de vista psicológico y económico.
Cuba también prepara el reinicio gradual del turismo con la reapertura de sus fronteras partir del próximo 15 de noviembre, cuando calcula que más del 90 por ciento de su población haya recibido las tres dosis de vacunas contra la Covid-19 desarrolladas por instituciones científicas propias.
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