Se estima que existen unos 300 ciudadanos franceses recluidos en territorio del país árabe, 201 niños y 101 mujeres, según los datos del Centro de Análisis del Terrorismo (CAT) presentados el pasado mes de marzo, mientras que la Comisión Nacional Consultiva de Derechos Humanos (Cncdh) ofrece un total de 250 menores y 80 mujeres.
A pesar de las numerosas peticiones de repatriación realizadas por familiares, el gobierno francés únicamente organizó el retorno de 35 niños desde 2019, huérfanos o cuyas madres estaban dispuestas a separarse de ellos, pero ningún adulto.
Algunos familiares de estas personas recurrieron al TEDH para pedir la vuelta de sus hijas y nietos, retenidos en el campo de Al-Hol que administran las milicias kurdas de las Fuerzas Democráticas Sirias, y donde están expuestos a un ‘trato inhumano y degradante’, pues según los expertos de la ONU carecen de un acondicionamiento básico.
El TEDH deberá pronunciarse sobre si el destino de ciudadanos franceses en el Kurdistán es de competencia del Estado francés o no, y a pesar de que París pide que sean ‘juzgados lo más cerca posible del lugar donde cometieron sus delitos’, las autoridades kurdas han instado a los países extranjeros a repatriar a sus nacionales.
Hasta el momento todos los tribunales franceses a los que recurrieron los familiares, incluso el Consejo de Estado, rechazaron las peticiones alegando que no se consideraban competentes en la materia, por lo que deberá ser el TEDH quien determine el alcance de la ley.
Siete Estados europeos intervendrán en el procedimiento, así como varios relatores de Naciones Unidas, organizaciones humanitarias y el Defensor de los Derechos Humanos, y a tenor del fallo que se produzca dependerá la suerte de otros europeos que se encuentran en la misma situación.
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