En el capitalino cementerio de Colón familiares y pueblo en general recordaron a las 73 personas que perecieron cuando manos mercenarias pagadas por el terrorismo hicieron detonar dos bombas en el vuelo 455 de la aerolínea.
Ocurrió el 6 de octubre de 1976 y se le conoce aquí como el Crimen de Barbados, pues la aeronave cayó frente a las costas de esa ínsula antillana.
La fecha es rememorada en Cuba como el Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado, en particular dirigido y financiado desde Estados Unidos.
Ofrendas florales del general de Ejército Raúl Castro y del presidente Miguel Díaz-Canel encabezaron la perenigración en la necrópolis de Colón.
Allí marcharon trabajadores de Cubana de Aviación, del sector deportivo y una representación del pueblo habanero.
El presidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, Osvaldo Vento, evocó al joven equipo de esgrima que ganó todas las medallas de un torneo centroamericano y caribeño, y pereció en aquel acto criminal.
Señaló que tal crimen es expresión de una política agresiva con manifestaciones en las actuales campañas de mentiras, linchamientos mediáticos e incitación al vandalismo orquestada desde Estados Unidos contra Cuba.
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