‘No hay nada más fuerte que las leyes de la República’, afirmó a la prensa el portavoz gubernamental, Gabriel Attal, después de precisar que el presidente Emmanuel Macron pidió al ministro del Interior, Gérald Darmanin, conversar con Moulins-Beaufort, en medio de la consternación nacional por un informe que revela la magnitud de los abusos sexuales cometidos por religiosos galos.
Al finalizar una reunión del Consejo de Ministros, el vocero dijo esta tarde que el ejecutivo quiere dejar las cosas bien claras.
Tras sus comentarios de ayer, Moulins-Beaufort volvió hoy a defender el secreto de confesión, aunque suavizó su postura, al señalar que la República siempre lo ha respetado y que no es contrario al derecho penal francés.
El tema del secreto de confesión llegó a la palestra por la publicación el martes de las conclusiones de dos años y medio de pesquisas de la comisión Ciase, encargada de investigar la pedocriminalidad en la iglesia católica gala entre 1950 y 2020.
En un documento de más de dos mil páginas, el grupo de 22 expertos liderado por Jean-Marc Sauvé fijó en más de 200 mil las víctimas de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes y religiosos contra menores de edad.
De acuerdo con Sauvé, la cantidad de seres humanos agredidos ascendería hasta 330 mil si se tienen en cuenta casos ocurridos en instituciones como las escuelas católicas y los movimientos juveniles.
‘Estas cifras son abrumadoras y de ninguna manera pueden quedar sin respuesta’, advirtió el exvicepresidente del Consejo de Estado de 72 años.
El informe refleja que los pedocriminales fueron entre dos mil 900 y tres mil 200 sacerdotes y religiosos de la iglesia católica.
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